JAVIER ABADIA RIGUAL

En la recreación de la que hablaba en mi artículo anterior, faltaba exactitud en un punto, que hábilmente señalaron varios de los bloggers que dejaron sus comentarios. Se trata de la coloración de edificios y estatuas; esa blanquísima pureza marmórea que no se corresponde con los histórico. Este fallo es muy frecuente y, de hecho, se muestra en casi todas las superproducciones acerca de la antigua Roma, especialmente en el peplum de los años cincuenta y setenta.

Al fijarme en ello, he recordado una imagen muy curiosa que tenía guardada y que me parece interesante compartir hoy (pues con la estatuas sucede algo parecido a con los edificios). Se trata de una recreación de lo que pudo ser una famosa escultura del emperador de Augusto cuando, en lugar de mostrar el mármol desnudo (estado en el que se encuentra actualmente), se hallaba cubierta por una capa de pintura, revelándose como una bella estatua policromada. Evidentemente, es una recreación basada en conjeturas y suposiciones... no podemos asegurar que la escultura policromada fuese exactamente así.

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